El encuentro que venía postergado entre los dos principales referentes del peronismo finalmente se concretó en la tarde de este miércoles. Axel Kicillof visitó a Cristina Kirchner en su departamento de la calle San José 1111, en el barrio de Constitución, donde cumple con la prisión domiciliaria por su condena en la causa Vialidad, en el marco de la disputa por el liderazgo y la centralidad de las decisiones en el espacio.

El gobernador bonaerense no hablaba con la ex presidenta desde las negociaciones por los cierres de listas. Tampoco se habían comunicado luego del triunfo electoral en la provincia de Buenos Aires. “La voy a ir a visitar, porque han armado todo esto… Ningún problema con eso”, había dicho a Clarín a mediados de septiembre. Transcurrieron más de dos semanas hasta que sucedió en el inicio del mes de las legislativas nacionales.
Kicillof se había comunicado la semana pasada con los secretarios de Cristina Kirchner para cumplir con el trámite de la autorización judicial y este miércoles, en una jornada en la que el mandatario provincial no encabezó actividades de campaña, concretó la primera visita a su ex jefa política desde su detención.
La demora era un motivo de reproche de los dirigentes más cercanos a Cristina Kirchner, que le marcaban que ya se habían superado los 100 días sin que el gobernador se acercara.
Desde el entorno de la ex presidenta se limitaron a contar que se trató de un “buen encuentro” de una hora y media. “Hablaron de la situación nacional, internacional y de seguir sumando fuerzas para la elección de octubre”, transmitieron sus colaboradores en alusión a una de las consignas de la campaña, una manera de reconocer de manera implícita las dificultades para la unidad entre los sectores del peronismo. En su momento Kicillof habló de “listas conjuntas” y luego surgió “sumar fuerzas” como slogan.
Del lado de Kicillof dieron una mirada similar y también acotada. Calificaron la reunión como «buena» y «constructiva» y con «la mirada puesta en ganar las elecciones de este mes». Otro modo de aludir a la tensión en la relación y la coincidencia limitada al corto plazo del proceso electoral en marcha. Luego del 26 de octubre se abrirá otra etapa con disputas, condicionamientos y escenario abierto sobre la proyección hacia 2027.
La charla fue a solas. No difundieron foto, según fuentes bonaerenses ni siquiera se sacaron. Decidieron comunicar únicamente que se habían reunido y en la calificación positiva -con moderación- del reencuentro. En la mesa chica de Kicillof habían adelantado que la difusión de la visita dependería de la ex presidenta.
Más allá de las diferencias y la muestra de autonomía con el desdoblamiento de la elección provincial, en este caso el gobernador respetó que la última palabra la mantuviera Cristina. “Axel no necesita la foto ni nunca la usó a ella políticamente”, argumentó un integrante del gabinete bonaerense.
Kicillof acaparó la centralidad en los comicios de septiembre y para octubre la campaña en territorio bonaerense tendrá un esquema similar. Una de las discusiones en el peronismo fue la mayor o menor preponderancia de los reclamos por la condena a Cristina Kirchner en los discursos. Kicillof y sus candidatos, a diferencia de los alineados con la ex presidenta, lo mencionaron de manera lateral.
Aun así en los últimos días referentes con acceso al departamento de San José no descartaron que Cristina Kirchner priorice su costado pragmático y avale la construcción del gobernador con la mirada en 2027. «Lo hizo con Massa, porque pensó que podía ganar, aunque ella prefería a Wado (de Pedro)», puso como ejemplo uno de ellos. De cualquier manera para la disputa presidencial falta mucho y en el camino, lejos de estar asfaltado, Kicillof tendrá que superar obstáculos y condicionamientos de su propio espacio.