Está ampliamente aceptado que este aparato es tan útil como habitual en los hogares, pero conviene tenerlo lejos de los routers y módems para no perder el WiFi.
Los electrodomésticos que se hicieron masivos en el siglo XX parecen en constante pugna con los del XXI, como pasó con los televisores que se adaptaron a tener Internet para los servicios de streaming. Otra pulseada en los hogares actuales tiene que ver con los routers, módems y otros dispositivos que se usan para darle WiFi a la casa, y ahí surge el enemigo retro: el microondas.
El microondas puede ser muy útil es para calentar una taza de agua o ciertas partes de una porción de comida (porque el calor no es parejo), pero usa la misma frecuencia que el WiFi, que es la de los 2,4 GHz.
Según el sitio Redes Zone, tal es el motivo por el que algunos aparatos «inteligentes» se ponen más lentos en la cocina, como le puede pasar a una cafetera con WiFi o a un asistente virtual, y por eso conviene tenerlos lo más alejados de ese electrodoméstico.
Algunos de los problemas que pueden surgir de pretender usar el WiFi cerca del microondas tienen que ver con la conexión a Internet, que puede volverse lenta o nula, o bien los aparatos pueden sufrir interferencias o microcortes.
Pero este no sería el caso de laptops, tablets y celulares porque esos dispositivos cuentan con dos bandas, de 2,4 GHz y 5 GHz, y pueden usar la segunda en caso de que haya un microondas cerca.
Con los aparatos que usan Bluetooth además de WiFi también pueden producirse interferencias gracias al microondas. Tal sería el caso de los dispositivos de domótica, como los altavoces, o de los auriculares, teclados y hasta smartwatches.
En ese caso conviene prestar atención a cuán cerca está el router del aparato que sufre la interferencia porque cuanto más débil sea la señal de Internet peor será la conectividad.