El distanciamiento físico y el cierre de escuelas afecta a los chicos y chicas causando sentimientos de estrés, ansiedad, miedo y soledad. Hay evidencias e investigaciones que el aislamiento, la falta de contacto y el encierro tiene consecuencias en el bienestar emocional y psíquico generando así signos de angustia e irritabilidad, teniendo en cuenta que cada niño o niña es particular e individual por lo tanto las consecuencias pueden diferir.
Ellos tienen que enfrentar el aislamiento social, los espacios cerrados, los medios virtuales y el exceso de pantalla los carga de una falta de energía que es difícil renovar y estos factores repercuten en lo emocional causando sentimiento de estrés y angustia.
Si los efectos como el enojo, miedo, ansiedad o llanto no son recurrentes y van disminuyendo con el tiempo se puede efectuar en lo posible algún tipo de orientación con ayuda profesional y el sistema educativo, es propicio generar espacios en familia vinculandose, siendo seguros en cuanto a la tolerancia y escucha, es importante sostener y estar atentos a lo que transmite el niño o niña desde lo corporal lo expresivo y escucharlo, se puede realizar algún tipo de juego para que pueda contar lo que siente lo que le sucede, esto es un proceso de reaseguración ya que ellos pasaron por muchas vivencias y a través del juego puede ir atenuando síntomas y sentimientos que no están instalados, de lo contrario sería otro tipo de acompañamiento.
Es sumamente importante acompañar a las familias orientando sobre la evolución, retrocesos y avances del alumno o alumna, proporcionar información necesaria sobre posibles consecuencias que el estado de confinamiento podría dejar en los procesos psicológicos del niño o niña y estar preparados para sostener y saber que hacer frente a los estados emocionales como enojo, frustración y angustia. Como por ejemplo realizar juegos, actividades teatrales, expresión corporal, fomentar espacios para resolver conflictos, exponer ideas, trabajar lo cognitivo y trabajar la inteligencia emocional en forma progresiva y gradual.
La zona cerebral trabaja conjuntamente no de forma aislada, un bloqueo emocional puede impactar o no en procesos cognitivos que son tensión, memoria, percepción, pensamiento y lenguaje que son primordiales en los procesos de construcción de aprendizaje y las emociones están encargadas de graduar el funcionamiento del cerebro ya que los estímulos emocionales interactúan con las habilidades cognitivas afectando la capacidad de razonamiento y bloqueando la disposición para aprender por ejemplo en este caso, en efecto, lo cognitivo puede verse afectado debido al aislamiento e impacto emocional.
Si el niño o niña presenta síntomas que se originaron en la pandemia y siguen recurrentes a pesar de que se trabaja con la familia y el sistema educativo, si no hay cambio se tiene que recurrir a profesionales trabajando de forma interdisciplinaria y cuanto antes se realice el tratamiento más avances y mejoras se obtienen, ya sean procesos cognitivos, conductuales o emocionales. Siempre comprendiendo que cada niño o niña es singular particular y debemos respetar sus tiempos.
Melanie Suarez @MelanieSuarez42 / @IdentidadPlay