Llegaron las precipitaciones a la región donde las llamas parecían incontrolables, generando alivio entre rescatistas y la población afectada.
En el marco de la catástrofe que sufre Corrientes, provocada por la sequía que azota a gran parte del país -incluida la Mesopotamia- y los consecuentes incendios que se extendieron por buena parte del territorio provincial, por estas horas hay razones para celebrar.
Es que las lluvias comenzaron a caer sobre la provincia, incluidas tormentas de intensidad, y prometen extender al menos hasta toda la jornada del sábado y en algunas zonas hasta el domingo inclusive, lo que genera alivio y hasta alegría en la población, especialmente entre los bomberos que combaten las llamas desde hace semanas.
Así se demostró por medio de diferentes videos que rescatistas publicaron en redes sociales, donde se ve a decenas de bomberos celebrando efusivamente la llegada de las ansiadas precipitaciones sobre la región afectada por los incendios, especialmente en localidades como Palmar Grande, Santo Tomé, Mercedes y Curuzú Cuatiá.
Según estimaciones extraoficiales, casi el 10% de la provincia, esto es unas 800.000 hectáreas, ya fueron arrasadas por el fuego, consumiendo incluso la quinta parte de los Esteros del Iberá, el mayor humedal del país.